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Escuela de Canto Coral, un programa de formación artística para niños, jóvenes y adolescentes

José María Sciutto y Pablo Banchi, su impulsor y su director musical respectivamente, brindan detalles y los objetivos de la propuesta, que continúa con la inscripción abierta para el año 2024.


El Programa Escuela de Canto Coral nace en 2019 y pertenece al ámbito de la Dirección Nacional de Elencos Estables. Es un espacio de aprendizaje y motivación para niños, adolescentes y jóvenes que quieran incursionar en el mundo coral. La actividad se desarrolla a través del Método Global “Aprender la música con la misma música”, por el cual se aprende polifonía, técnica vocal apropiada para las edades, alfabetización musical y coralidad de una forma lúdica. No es necesario tener experiencia previa.

La responsabilidad artístico-pedagógica está a cargo del maestro José Maria Sciutto, prestigioso director coral y orquestal, con gran trayectoria en ámbitos americanos y europeos (Academia Nazionale di Santa Cecilia y Teatro de la Ópera di Roma) y especialista en pedagogía coral infantil. La dirección musical, del grupo de niños, corresponde a la maestra María Paz De Cicco, directora con especialidad en coros infantiles y juveniles, a la que se suma el maestro Pablo Banchi, en el grupo de adolescentes y jóvenes.

Los coreutas participan durante el año de muestras didácticas, conciertos y actividades formativas.

Imagen Dirección Nacional de Elencos Estables

Las inscripciones están abiertas, de acuerdo a los grupos, a través del siguiente formulario o solicitando turno en dnoe.escueladecantocoral@gmail.com. Las audiciones se realizan en la Biblioteca Nacional "Mariano Moreno", ubicada en Agüero 2502, CABA. También se puede consultar Facebook e Instagram de la Escuela de Canto Coral.

José María Sciutto nació en la ciudad bonaerense de Junín. Posee una nutrida actividad concertística en importantes centros europeos, latinoamericanos y norteamericanos, en producciones sinfónico corales y de música contemporánea latinoamericana.

Es docente en master classes universitarias para la formación de directores de coro y de orquesta y es autor de un método de pedagogía coral infantil que tiene una extensa aplicación en América Latina y en Italia. Es director artístico del programa Música per la Pace de la ONU, consultor en el Instituto Latino-Americano de Roma y del Center for Music of the Americas de la Florida State University y miembro de la American Conductors Association y del Fulbright Program. Fue jurado en concursos internacionales de canto, de solistas y coreutas.

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-¿Cómo surge la idea de traer a la Argentina la iniciativa del programa Escuela de Canto Coral que había creado en Italia?
-Trabajé en la Academia Nacional de Santa Cecilia y en el Coro de la Opera de Roma. Luego, por motivos personales, volví al país y así conocí a Mariela Bolatti, directora nacional de Elencos Estables, quien me pidió que organizara acá lo mismo que hacía en Italia. Y así empezó.

-¿Qué lo llevó a crear esta metodología de enseñanza y cuáles son sus características?
-Mi madre quería tener un Mozart en la familia. A los 5 años me anotó para aprender piano y lo tuve que aprender con el piano tradicional, el solfeo que había. Este es un extremo. El otro extremo es que en los coros, en un 99%, la gente canta de oído. Repiten lo que el maestro les canta o les toca. Entonces yo traté de unir las dos cosas. Como a los cuatro años me aburría, un tío guitarrero me sugirió que aprendiera a cantar y unos tonos de guitarra. Así empecé a cantar, acompañándome con la guitarra. Luego descubrí que eso mismo lo podía pasar al piano y se me abrió un mundo nuevo. Y como siempre me dediqué a la dirección coral, sobre todo de niños, pensé que había que crear algo. Desde el primer ensayo los chicos cantan, aprenden, los alfabetizamos pero cantando canciones, no con la teoría y el solfeo y tampoco de oído. Ellos aprenden una lectura rítmica -la lectura melódica-, y vocalidad, aprenden a colocar la voz y a cantar a varias voces, todo junto.

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-El programa se inició en 2019. ¿Qué conclusiones puede sacar de su desarrollo a lo largo de estos años?
-Los chicos en la Argentina son muy musicales. Aprenden rápidamente y leen. Nuestros chicos, que han trabajado un año, como mínimo, ya leen la música, prácticamente, a primera vista. Empiezan de cero y nosotros comenzamos a enseñarles la lectura melódica, pero de una forma muy lúdica, jugando y con la misma música. Yo tengo un método que escribí y que publicaron en Italia y en la Argentina, donde, justamente, son diez cánones. En ese canon los chicos aprenden con una melodía, cantan a tres y cuatro voces. Después, en el segundo paso, empiezan con alrededor de dos y tres voces.

-¿Qué actividades tienen previstas realizar a lo largo del año?
-Hacemos tres tipos de demostraciones: una muestra, donde hacemos una especie de ensayo abierto para los padres para que puedan ver qué cosas saben los hijos; compartimos con coros de otras escuelas; y, en una tercera, hacemos conciertos. Tenemos padres que son músicos, algunos son famosísimos cantantes y otros famosísimos directores. Los preparamos y los hacemos dirigir los conciertos a ellos.

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Pablo Banchi es el director musical a cargo del grupo de adolescentes y jóvenes. Es licenciado en Dirección Coral y Orquestal, profesor nacional de Música, profesor universitario de Artes en Música (IUNA), profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación. Desde 1989 creó y dirigió diversos conjuntos dedicados a la interpretación de la música vocal de cámara y la música sacra anterior al 1800. Dirige el ensamble coral – instrumental Buenos Ayres Consort, el conjunto Música Prohibita y la Orquesta de Cámara del Plata. Se desempeñó en la programación y dirección musical de la Dirección Nacional de Elencos Artísticos del ex Ministerio de Cultura de la Nación (hoy Secretaría), desde 2003. Fue subdirector y director del Coro Nacional de Jóvenes y director invitado en el Coro Polifónico Nacional y el Coro Nacional de Niños. En la actualidad integra el equipo de directores formadores de la Escuela de Canto Coral que depende de la Dirección Nacional de Elencos Estables.

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-¿Cómo se aplica el método global en los jóvenes?
-En el método global, dado un texto, una partitura, un profesional lo interpreta como un texto que tiene que leer y llegar a un producto final. En el ámbito del método global, la partitura es una excusa para la formación. La partitura nos ofrece la posibilidad de aprender a leer música, a manejar la voz, a tener una formación vocal, que cada uno de los que canta aprenda a afinar y ajustar su oído a las necesidades del grupo. El método global implica una formación musical completa. También tiene un propósito humanístico y educativo más ambicioso, en el sentido de explicarles, a quienes participan del coro, la gestación de la obra, de dónde surgió, su autor, el género, en qué circunstancias se escribió, lo que significa, lo que representa. Crear un espacio educativo más amplio en lo que se refiere a lo social, aprender a compartir una actividad con otras personas, a moverse en un grupo social con respeto, con cuidados, teniendo en cuenta las diferencias de personalidad de cada uno, los intereses de cada uno, y, no obstante, todos tirar para el mismo lado. El método global aglutina o trabaja en forma simultánea muchos aspectos que tienen que ver con lo estrictamente musical y artístico, pero también con una mirada sobre la persona muy amplia, siempre con la idea de gestar espacios para enriquecer al individuo y mejorar su calidad de vida y compartir en el ámbito social.

-¿Qué diferencias y similitudes hay entre los niños y los jóvenes en la aplicación del método de enseñanza?
-En los chicos hay un espacio un poco más lúdico en algunos aspectos, con esquemas de trabajo para incorporar los contenidos con características propias de la edad, que tienen que ver con el juego y con esquemas de incorporación y de trabajar con la memoria. Los jóvenes tienen un dinamismo distinto, por el mismo interés. Un joven, un chico o una chica que tiene 18, 19, 20, 21 años y quiere hacer música, está dando indicios de interés vocacional importante. En el niño todavía la música está relacionada con un espacio un poco más recreativo, de esparcimiento, pero todavía no hay, quizás, una cuestión vocacional que esté tan presente en ese momento. El método de enseñanza, en lo que se refiere a lectura musical y demás, hace que en un chico de 19, 20, 21 años haya realidades distintas, porque algunos de ellos ya saben algo de un lenguaje musical y, tal vez, en otros es su primera experiencia. Entonces trabajamos por niveles acompañando los procesos personales. En la aplicación del método global con los niños también puede haber y hay niveles, pero, muy probablemente, los chicos y chicas entre los 8 y 11 años están un poco más parejos porque, dada su corta edad, no son tantas las experiencias que quizás hayan tenido en su vida.

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-¿Cuáles son los objetivos a cumplir con el grupo de adolescentes y jóvenes que usted dirige?
-El objetivo principal es un ámbito de formación, destinado a niños, jóvenes o adultos. A medida que los chicos se fueron formando, se les fue ofreciendo la posibilidad de continuar esta experiencia formativa. Entiendo que hay un compromiso muy importante, de todas las sociedades, referente al traspaso generacional de cultura, donde los jóvenes van heredando el patrimonio cultural, artístico de un país, para ellos, a su vez, pasarlo a otras generaciones, cuando sean adultos. El programa Escuela de Canto Coral es un ámbito que puede ayudar a que aquellos jóvenes, que tengan algún interés de continuar, en su vida personal, con una carrera profesional, puedan tener una experiencia consistente. No está pensada, de ninguna manera, una continuidad entre el programa Escuela de Canto Coral y los organismos estables, pero sí es un ámbito formativo, cuidado, exigente, por más que tenga todas las características particulares de una actividad que no tiene el propósito profesional. No obstante, la formación va a ser y es de calidad. Como resultante de estos objetivos y de esta formación, esperamos que aquellos chicos y chicas, que tengan inquietudes vocacionales hacia el arte, encuentren en el programa Escuela de Canto Coral un lugar que los encauce y les pueda abrir puertas, también para su futuro, en una formación artística, en un desempeño profesional artístico.

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